La producción más cara del cine chino resulta ser una obra bastante irregular. La primera parte de la película nos cuenta la historia de la amistad entre el general romano Lucius (John Cusack) y el capitán chino Huo An (Jackie Chan), ambos traicionados y exiliados en una pequeña ciudad sin nombre en medio de la Ruta de la Seda. Y esta primera parte es sin duda lo mejor y lo más rescatable del film. La rivalidad inicial entre las dos culturas, la forma en la que van uniéndose y la escena del canto en latín son especialmente memorables.
El problema llega con el villano, y no lo digo por Adrien Brody, quien cumple con verse temible, es que a partir de su aparición la película se tropieza con toda la información, todos los personajes, todo el trasfondo político que de un momento a otro quiere dar, y hace que el final, lejos de ser satisfactorio, termine siendo muy confuso. Y culpa de eso es también es del pésimo trabajo de edición, con flashbacks insertados en los momentos menos oportunos.
El problema llega con el villano, y no lo digo por Adrien Brody, quien cumple con verse temible, es que a partir de su aparición la película se tropieza con toda la información, todos los personajes, todo el trasfondo político que de un momento a otro quiere dar, y hace que el final, lejos de ser satisfactorio, termine siendo muy confuso. Y culpa de eso es también es del pésimo trabajo de edición, con flashbacks insertados en los momentos menos oportunos.
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